domingo, 25 de noviembre de 2012


'Let's Cook', porque los fogones son algo testimonial


Let's Cook
Este pasado Salón del Manga tuvo como tema central la comida japonesa, un género culinario lleno de imaginación y sabores por doquier. Para ir a juego con la temática, la editorial Letrablanka ha decidido lanzar un tomo en conjunción con esta idea, y de ello ha nacido el tomo ‘Let’s Cook!‘ un recopilatorio de tres historias con el eje central en la comida.
La principal baza de ‘Let’s Cook!‘ es que aglutina a cinco artistas para realizar tres historias, todas autoconclusivas y sin ninguna relación entre sí más que el foco en la comida. Las sensaciones que nos vienen al leerlo son variopintas, aunque todas las historias están centradas en el sentido del humor, cosas que consiguen de una u otra manera.

De primer plato, cerdo

La primera historia es ‘Cómo cocinar un cerdo‘ y nos abarca más de la mitad del tomo con unas ochenta páginas. Sin duda es el plato fuerte de este tomo y solamente por esta obra merecería la pena comprárselo. La obra, escrita por Black Velvet y con dibujo de Senseidani, nos cuenta cómo se desenvuelve Óscar, un cocinero de un bar para conquistar el corazón de Carla, la chica que le gusta.
Trabaja en el típico bar castizo y español que se remodela en un restaurante japonés gracia sa las sugerencias de Óscar y aún a regañadientes de Genaro, el dueño del bar. Carla, sin embargo, se presenta con su novio y tras una acalorada discusión en el bar y posteriormente, Óscar lo mata por accidente y se debe encargar de hacer desaparecer el cuerpo.
El guión es excepcionalmente bueno y todo está muy bien hilado, con momentos de humor y tensión bien organizados, sin demasiados factores que sobren y un final cerrado pero que nos hace imaginar qué pasará después. El dibujo es sencillo, si bien Senseidani falla en algunas proporciones puntuales, pero en diseño y línea se defiende estupendamente.

Unas especias que marcan

Posteriormente tenemos ‘Cocina al pasado‘, con la historia de Toni Kudo dibujada por Eduard Balust, que tristemente no consigue gustarme. En estas veinte páginas, Ryusei Daiki, un chef de primera, recibe a un espíritu venido del futuro para evitar que cree a un dictador gracias a su cocina. En un viaje al pasado se une a una amazona para acabar con un dragón creador de un condimento.
El dibujo elaborado de Eduard Balust se queda bastante tocado con el guión de Toni Kudo, pues la historia es simple y en muchos casos obscena, con una historia corta y sin excesiva emoción por mucho que se intente hacer una batalla. Es fácilmente la historia menos apetecible de todas y el tema culinario no está muy presente.

Un cóctel para acabar

Acabamos con ‘Rock Inferno Pub‘, en el que Blue Lotus pone el lápiz y la tinta y Toni Kudo repite en guión y añade tramas. Aquí, el oficinista Estéban Yoshida, con una ascendencia japonesa que no hace más que sacar un nombre feo para un personaje, se toma unas vacaciones en su trabajo normal para ganar dinero en un bar de mala muerte y hacer un regalo a su mujer.
El desarrollo es extraño en sus máximos niveles, con escenas que rozan el absurdo en cada página, y no precisamente en el mejor de los sentidos, aunque el tema del humor está mejor llevado. Nos encontramos con fanservice extremo que no tiene demasiada justificación, aunque Blue Lotus consigue que su estilo de dibujo poco limpio se amolde perfectamente a la escena del bar. Aquí el tema culinario no llega ni a testimonial, algo que en un tomo temático debería ser el centro del argumento.
Con todo esto nos encontramos con un tomo con altibajos. La historia ‘Cómo cocinar un cerdo’ es el plato fuerte de este menú que nos trae Letrablanka, pero en los otros dos platos, si la presentación es notable, si lo saboreamos a fondo vemos que no nos termina de llenar si somos demasiado exigentes. Aún así, si eres consciente de esto, quizá lo debas considerar si gustas de estos sabores.

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